Pitágoras de Samos
Pitágoras vegetariano y defensor
de los animales
«¿Puedes realmente preguntar por
qué razón Pitágoras se abstenía de comer carne? Por mi parte más bien me
asombro y me pregunto por qué gran accidente y en qué estadomental el primer
hombre utilizó su boca para desgarrar y llevó sus labios a la carne de una
criatura muerta, tendió su mesa con cuerpos muertos y pálidos y se aventuró a
llamar alimento y nutrición a esos seres que en un momento se alegraron,
lloraron, se movieron y vivieron… ¿Cómo pudieron sus ojos soportar la matanza
cuando sus gargantas eran cortadas y sus miembros descuartizados? ¿Cómo pudo su
nariz soportar esos olores? ¿Cómo es que esa contaminación no tornó su gusto y
pudo beber jugos y serúmenes de heridas mortales?… Ciertamente que no comemos
leones o lobos por autodefensa, por el contrario matamos criaturas dóciles que
ni siquiera tienen dientes para dañarnos. Por un poco de carne les privamos del
sol, la luz y de la duración de la vida a la cual tienen derecho.»
(Plutarco, Acerca
de comer carne)
El maestro Pitágoras predicaba la
compasión hacia todos los seres vivos. Por eso fue vegetariano (Diógenes
Laercio nos dice que Pitágoras se contentaba con comer pan, miel y vegetales, y
que «su ordinaria vianda eran hierbas cocidas y crudas»).
Asimismo, el maestro Pitágoras
también fue un gran defensor de los animales. No soportaba la crueldad
contra las criaturas inocentes. Diógenes nos transmite una famosa anécdota que
ilustra este punto: « [Contaba Jenófanes que el maestro Pitágoras] una vez
caminaba cerca de un perro maltratado y compadeciéndose le dijo a su amo: no le
golpees, pues he reconocido el alma de un amigo mío al oír el sonido de sus
lamentos.»
(Diógenes Laercio, Vidas
de los filósofos más ilustres, libro VIII).
Pitágoras prohibió a sus
seguidores matar animales, vestir con lana y evitar los sacrificios
sanguinarios ante los dioses. «Alimenta un gallo, pero no lo sacrifiques, pues
está consagrado a la Luna y al Sol», aconsejaba el maestro.
Nos dice Porfirio, en su Vita
Pythagorae, que el maestro Pitágoras pidió a sus discípulos «no sólo abstenerse
de los seres vivos, sino también no acercarse nunca a los carniceros y
cazadores» (seguro que Pitágoras, de vivir en nuestros días, condenaría
enérgicamente a quienes disfrutan de las sanguinarias corridas de toros, o de
los aberrantes “coleos” de ganado o de las salvajes peleas de gallos o de
perros).
A continuación les dejo para la
reflexión algunas frases del maestro Pitágoras sobre el vegetarianismo y
la defensa de nuestros hermanos animales:
«Nunca mojes tu pan en la sangre
de los animales ni en las lágrimas de tus semejantes».
«Oh compañeros, no den a sus
cuerpos comida pecaminosa. Tenemos maíz, manzanas y uvas que doblan las ramas
con su peso. Existen hierbas dulces y vegetales que pueden ser cocinados y
suavizados con el fuego, y a ustedes no se les raciona ni la leche ni la miel.
La Tierra nos da una inmensa cantidad de riquezas de inocentes alimentos y nos
ofrece banquetes que no involucran derramamientos de sangre ni matanzas. Sólo
las bestias satisfacen su hambre con carne, y ni siquiera todas ellas.»
«Todo lo que el hombre hace a los
animales, regresa de nuevo a él. Quien corta con un cuchillo la garganta de un
buey y permanece sordo ante los bramidos de temor, quien es capaz de matar
impávido a un atemorizado cabrito, y se come el pájaro, al que él mismo ha
alimentado, ¿cuán lejos está del crimen un hombre así?»
«Mientras los hombres sigan
masacrando a sus hermanos los animales, reinará en la tierra la guerra y el
sufrimiento y se matarán unos a otros, pues aquel que siembra dolor y la muerte
no podrá cosechar ni la alegría, ni la paz, ni el amor.»
«Los animales comparten con
nosotros el privilegio de tener alma.»