viernes, 27 de julio de 2012

LOS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS NEGATIVOS‏


"Como humanos, no pensamos que los trastornos de los que somos culpables, tendrán consecuencias mucho más allá de los actos que nuestros malos instintos nos inspiran.
Una guerra; por ejemplo, es por sí misma algo terrible, pero sus consecuencias no se limitan a unas ruinas o a un número de cadáveres abandonados en el campo de batalla. 
Los pensamientos y los sentimientos de odio que han conducido a estas masacres, continúan alimentando en el espacio corrientes destructivas. Estas corrientes, envenenan la atmosfera psíquica y atraen otros focos de guerra.
Así pues, intentemos tomar conciencia, para que nuestros pensamientos, sentimientos y actos no produzcan únicamente consecuencias en un momento dado, en un lugar concreto. Porque cuando se provocan fuerzas (Benéficas o maléficas) en el mundo invisible, no se sabe hasta dónde o hasta cuando tales fuerzas actuarán."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Lo arriba expresado por el maestro  Omraam Mikhaël Aïvanhov  concuerda con las investigaciones realizadas por el Dr. Bruce Lipton que presenta la verificación científica de la unidad cuerpo-mente-espíritu y sus aplicaciones en el individuo.
Este prestigioso biólogo celular, describe con precisión cómo las células son afectadas por nuestros pensamientos, debido a los efectos bioquímicos de las funciones cerebrales.
Sus experimentos, junto a los de otros líderes en el campo de la biología, han examinado minuciosamente los mecanismos con los cuales las células reciben y procesan información.
Los resultados de estos estudios han cambiado radicalmente el entendimiento del funcionamiento de la vida por medio de dos nuevas corrientes científicas: la transducción y la epigenética.
Su trabajo muestra que los genes y el ADN, NO controlan nuestra biología, como lo enuncia la escuela de Darwin de determinismo genético o herencia, sino que están controlados por señales externas, incluyendo los mensajes energéticos emanados por nuestros pensamientos positivos y negativos. Este nuevo concepto unifica la biología celular con la física cuántica, al mostrar que la realidad del individuo puede cambiar si éste cambia la forma de pensar.