Por Adrián Pérez de Vera FRC
Los
monjes tibetanos hablaban, y aún lo hacen hoy en día, de un tercer ojo, situado
aproximadamente en el centro del cerebro y entre los ojos, que había sido el
centro de la clarividencia y de la intuición, y que en el decurso de los
tiempos se había ido atrofiando, por lo que era necesaria su recuperación.
Posteriormente se asociaría este tercer ojo con la glándula pineal.
La
existencia de la epífisis o pineal se conoce desde hace más de 2000 años.
Galeno en el siglo II, escribió que a los anatómicos griegos le había llamado
la atención la situación particular de dicha glándula, concluyendo que servía
de válvula para regular el flujo del pensamiento, que se creía almacenado en
los ventrículos laterales del cerebro.
Descartes,
en el siglo XVII, expresó su creencia que la pineal era la sede del alma
racional. Para él, las sensaciones percibidas por los ojos llegarían a la
pineal, de la que partirían hacia los músculos, los cuales producirían las
respuestas adecuadas. Los estudios modernos demuestran en éste, como en otros
aspectos de su pensamiento, la gran intuición del filósofo. Características
físicas, situación y relaciones
El
nombre pineal se debe a su forma, semejante a una piña, siendo su tamaño
aproximado el de un guisante. Pesa una media de 173 miligramos, oscilando según
las personas entre los 41 y 804 miligramos.
Las
pineales recogidas en autopsias, pesan en el hombre un máximo en el mes de
Marzo, y un mínimo si son examinadas en Julio; mientras que en la mujer, el
máximo peso se obtiene de las recogidas en Enero y el mínimo, de las obtenidas
en Mayo.
Está
situada en el techo del mesencéfalo, entre los tubérculos bigéminos craneales,
en la denominada fosa de la pineal. Su cara craneal está por debajo del cuerpo
calloso, y su base limita con el tercer ventrículo. Su célula funcional es el
pinealocito, que está capacitado para producir las encimas necesarias para la
síntesis de la melatonina (su principal hormona) y la seratonina, a partir del
triptófano.
La
melatonina fue descubierta en 1958 por el dermatólogo y bioquímico A.B. Lerner,
quien se basó en las observaciones hechas por MC. Cord y Allen en 1917. Estas
observaciones deducían que, al arrojar extractos de pineal de vaca en el agua
en que nadaban unos renacuajos, se producía un blanqueamiento de su piel.
Lerner
y Cols purificaron extractos de más de 200.000 pineales vacunas, aislando una
sustancia que agregaba intracelulares de la melanina. La hormona
melanocito-estimulante, por lo contrario, disgregaba dichos gránulos
oscureciendo la piel. Se la denominó melatonina en contraposición a la
melanocito-estimulante.
En
ausencia de luz, el pinealocito recibe estimulación periódica en forma de
nor-epinefrina (NE), seratonina o descargas eléctricas de fibras nerviosas,
provenientes del núcleo supraquiasmático superior. Este, a su vez, recibe
información que proviene del sistema vegetativo, a través de neuronas
emergentes del ganglio cervical superior, el cual conecta con otros ganglios de
la médula espinal.
En
presencia de luz, natural o artificial, los fotoreceptores de la retina
convierten la señal luminosa, especialmente en la banda amarillo-verde, en
señal eléctrica, que es transmitida por el tracto retino-hipotalámico hasta el
ganglio cervical superior, por donde abandona el S.N.C., conectando con los ganglios
de la médula y aboliendo la señal circadiana enviada por dicho ganglio al
núcleo supraquiasmático. Como consecuencia, dicho núcleo queda liberado de la
influencia de la médula espinal y enlentece el ritmo de liberación de NE sobre
la pineal, lo que se traduce por una menor captación de aminoácidos,
especialmente triptófano, por parte del pinealocito; menor producción de adenil
ciclasa y cAMP y, por consiguiente, menor producción y liberación de
melatonina.
Cualquier
activación del sistema simpático abole el efecto represor de la luz. ándula
pineal y pubertad
La
glándula pineal es de mayor tamaño en la infancia que en la madurez, comenzando
a disminuir de tamaño a partir de los 7 años. Esta recesión en el tamaño era
considerada como una involución o atrofia de una glándula que carecía de
utilidad, pero en la actualidad se piensa que es un proceso madurativo.
Desde
el nacimiento, testículos y ovarios poseen una estructura lo suficientemente
preparada como que para que en presencia del adecuado estímulo de
gonadotropinas se produzca su maduración en poco tiempo. Sin embargo, este
estímulo no se produce. La hipófisis, capacitada para producir dichas
gonadotropinas, en presencia del adecuado estímulo hipotalámico de
gonadotropin-relaxin-hormona GnRH, no las produce por carencia de éste.
En
el adulto, los esteroides sexuales se autoregulan, al unirse a receptores
hipotalámicos específicos, que a partir de cierta concentración sanguínea,
disparan la vía opatérgica productora de endorfinas (opiáceos fisiológicos).
Esta, a su vez, distorsiona la pulsatilidad de la GnRH, que frena la producción
y liberación de gonadotropinas, por lo que los ovarios o testículos (gónadas)
en ausencia de dicho estímulo, dejan de producir esteroides sexuales,
disminuyendo su concentración en la sangre. Con ello, los esteroides unidos a
los receptores, se sueltan y se vuelve a activar la liberación de GnRH. En el
niño debiera pasar lo mismo, y sin embargo, no sucede.
La
melatonina tiene la misma afinidad, por los receptores hipotalámicos de
esteroides sexuales, que éstos. En la infancia, se produce mayor cantidad de
melatonina que en la madurez, de forma que constantemente se halla unida a
dichos receptores, disparando la vía opiatérgica, impidiendo así la liberación
de GnRH y, en consecuencia, la maduración gonadal.
A
partir de los 7 años, la pineal disminuye progresivamente de tamaño, y en
consecuencia disminuye la concentración sanguínea de melatonina hasta que llega
un momento en que ya no se une a suficiente número de receptores hipotalámicos,
se bloquea la vía opiatérgica y se produce por primera vez la liberación y
síntesis de GnRH. Esto sucede a partir de los 11 años en la mujer, y de los 12
en el hombre. En los pueblos, la pubertad sucede más tardía que en las
ciudades, lo que se debe al menos consumo de luz en éstos que en aquéllas.
Otras funciones de la pineal
Controla
simultáneamente todos centros neuroendocrinos hipotalámicos, y en consecuencia
todos los factores liberadores e inhibidores. Aunque se desconoce su mecanismo
y acción, se conocen algunos de sus efectos indirectos sobre la hipófisis.
Disminuye las concentraciones de GnRH y, en consecuencia, disminuye las de la
hormona folículo-estimulante (FSH) y luteotropa (LH); disminuye la función
tiroidea (TSH y T4), la insulina y también aumentan las concentraciones de
glucosa sanguínea, disminuye el ATCH y la corticosterona. Aumenta la síntesis
proteica cerebral, como también aumenta la producción y liberación de dopamina
(DA). Como consecuencia, se puede esperar un aumento de hormona de crecimiento
(GH) y disminución de TSH y prolactina (PRL).
La
glándula pineal realiza las siguientes funciones: Resumen: Funciones de la
Pineal
-
Controla el inicio de la pubertad.
-
Armoniza el sistema vegetativo con el medio ambiente, a través de la vista, y
probablemente también del resto de los sentidos.
-
Induce al sueño.
-
Probablemente regula los ritmos circadianos.
-
Es un interruptor que modula la intensidad de funcionamiento de todos los
centros neuroendocrinos hipotalámicos.
-
Previene una calificación prematura en la infancia, al evitar las síntesis
esteroideas, favoreciendo el crecimiento óseo por este mecanismo, indirecta y
directamente a través de la DA y GH.
Comentario
Nuestros
conocimientos sobre la pineal y su hormona, la melatonina, así como las
numerosas lagunas que tenemos acerca de ellas, apenas nos permiten trazar un
razonable esbozo sobre su funcionamiento que, sin duda, a lo largo de los
tiempos será modificado a la luz de nuevos hallazgos.
Puesto
que el silencio, en condiciones normales, suele acompañar a la oscuridad,
podemos pensar que ambos estimulan la liberación de melatonina. Esta, a su vez,
produciría la liberación de endorfinas que adormecerían el resto de los
sentidos (tacto, olfato y gusto). Conseguido esto, el subconsciente y, por
tanto, el sistema vegetativo, quedarían libres de todo control consciente,
produciéndose por una parte los procesos de crecimiento (infancia) y
regeneración de los tejidos (adultos), y por otra, la liberación del
subconsciente en forma de sueños. Los sueños y la vista
La
hormona melanocito-estimulante, es excitada por la luz, mientras que la
melatonina, lo es por la oscuridad. Mientras que la primera (MSH) disgrega los
gránulos de melanina, produciendo la sensación de oscuridad, la segunda, los
agrega dando la sensación de luminosidad (blanco). Podemos pensar que en el
S.N.C. existe una zona de células que, a modo de una película, se dejan
impresionar por la interrelación de ambas hormonas, por el mencionado
mecanismo. Durante el día, predominarán impresiones luminosas mediadas por la
MSH, mientras que durante la noche, serían impresiones provenientes del
subconsciente y mediatizadas especialmente por la melatonina. Dispondríamos así
de un positivo y un negativo.
Para
que exista un sueño, se requiere que previamente, y como en un vídeo, tengamos
filmadas las imágenes que, aunque a veces desordenadas, van a formar parte del
mismo. Los sueños sirven a veces de válvula de escape a nuestras tensiones,
otras son una aviso disfrazado de situaciones de las que somos culpables y que
tenemos que rectificar, y en otras, son avisos previos a situaciones que
tenemos que atravesar y soluciones para superarlas. Como vemos, los sueños
pasan por la pineal y normalmente escapan a nuestra consciencia, de forma que
en la mayoría de los casos, llegan a ella en forma distorsionada o simbólica.
En cualquier caso, forman parte de nuestra realidad.
Cambio de costumbres y la pineal
Con
el descubrimiento de la luz artificial por Edison, se han revolucionado
nuestras costumbres, de forma que han alterado nuestro sistema de vida, nuestra
relación con el Cósmico y también nuestra salud. Actualmente disfrutamos, pero
también padecemos, mayores períodos luminosos y sonoros en detrimento de la
oscuridad y el silencio regenerativos. Hemos perdido una parte de nuestra
armonía con el Cósmico, que pagamos con un menor desarrollo de nuestra pineal,
con una ligera atrofia de la misma. Nuestras menores cantidades de segregación
de melatonina, hacen que nuestros procesos regenerativos sean parcialmente
insuficientes, al igual que el descanso de nuestra mente, que se torna obsesiva
y posesiva. Nunca como en la actualidad han existido tantas depresiones,
obsesiones e insomnios.
Pineal y misticismo
La
A.M.O.R.C. pretende mediante algunos de sus ejercicios, restaurar la armonía de
la pineal con el Cósmico, de forma que se restauren en su totalidad los
procesos regenerativos en parte olvidados por nuestras costumbres. En ningún
modo se pretende una hipertrofia de la glándula, que nos desarmonizaría aún más
con el Cósmico.
En
la mayoría de nuestros ejercicios observamos que se aconseja la penumbra, el
silencio o la música suave, y ciertos aromas de incienso también suaves. Todo
ello nos lleva a un mayor aumento de la melatonina, ayudándonos a no perder
nuestra consciencia y caer en el sueño. Con ello que podemos llegar a ser
conscientes de nuestro subconsciente, y utilizarlo a nuestro favor (y a favor
de la humanidad), mediante procesos de visualización y emisión de sentimientos
de Amor y Paz Profunda, desde nuestro Ser Interno.
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